El poder de una oración intercesora

Su primera oración fue una oración intercesora. Jesús con esta acción nos enseña un gran ejemplo, pues en el sufrimiento más profundo no dejó de ejercer su ministerio de intercesión. La palabra: «Padre» en esta oración nos revela la paternidad de Dios. Aunque Jesús estaba siendo crucificado, no olvidó que tenía un Padre Celestial que nunca lo abandonaría. Esta revelación de la paternidad nos enseña que, aunque enfrentemos sufrimiento en nuestras vidas, todo obra para nuestro bien, porque detrás de la voluntad de Dios está su amor guiándonos a cumplir el propósito por el cual hemos sido creados. Aprende hacer su voluntad, y verás lo gratificante que para ti será, recibir la satisfacción de tu obediencia.

Un Corazón Intercesor: ¿Cómo pudo Jesús interceder por aquellos que lo crucificaban? Él lo hizo porque tenía una revelación clara de su llamada, y dar frutos no era únicamente cuando estaba en el clímax de su llamado, sino seguir dándolo aún en lo más vergonzoso y doloroso de su ministerio. Cuando entendemos nuestra asignación por Dios, nada puede impedirnos cumplirla con excelencia. El verdadero desafío radica en lo que llevamos dentro de nosotros, por eso es necesario llenarnos de su Palabra y está nos sostendrá. Dios permite ciertas pruebas para fortalecer nuestra fe y que la misma vaya en aumento.

Amado lector, Jesús estaba herido por fuera, pero su corazón seguía firme en su propósito divino. La victoria radica en mantener nuestros labios conectados al cielo. Jesús sabía cómo orar por aquellos que lo azuzaban y herían, así que Independientemente de lo que hoy estés enfrentando, te animo a seguir orando por aquello que Él ha puesto en tu corazón, aunque tu humanidad te diga lo contrario, vencete a ti mismo y sigue obedeciendo, porque en su tiempo verás la cosecha de esa oración intercesora, que clamaste en el momento justo. Amén.

Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Con amor,
Fabio R. Ventura

Deja un comentario