VUELVE A LA CASA DE TU PADRE

Lucas 15:20-22 RVR1960| Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

Si este hombre pudo mostrar amor y misericordia hacia su hijo, cuanto más nuestro Padre Celestial. La Biblia nos relata que el hijo menor pidió todo lo que al morir su padre heredaría, pero pidió que su parte le fuera entregada antes de tiempo. ¿Era el momento de recibirla? Pues todos sabemos que aún no lo era, y está siendo uso de algo que aún no estaba preparado para recibirlo. Y así nos puede suceder a alguno de nosotros, que queremos forzar a Dios a entregarnos lo que por heredad nos pertenece, pero no queremos ser preparados para administrar de manera correcta todo aquello que Él nos tiene.

Por eso a través de este Devocional Diario, quiero invitarte a que vuelvas al Padre Celestial; el estar lejos de la casa de tu Padre te mantiene expuesto a los ataques del enemigo. No sigas luchando con el orgullo, con la altivez, desecha todos aquellos argumentos humanos, porque ninguno de ellos te podrá ofrecer la cobertura que el Padre tiene para darte. Y aunque el sentimiento de culpabilidad te quiera ser inmerecedor de su perdón, no es así, porque allí está tu Padre con los brazos abiertos para ti. Aún hay tiempo, hoy es el día de regresar a casa. No argumentes ni justifiques tu conducta, porque cuando un corazón está arrepentido, las palabras están de más.

TODA BARRERA QUE TE IMPIDE VOLVER A CASA, SE ROMPE EN ESTA HORA, EN EL NOMBRE DE JESÚS

La vergüenza es la primera barrera que debes romper, entrega en oración todas esas voces que hablan a tu mente, y te dicen: Te van a criticar, se burlaran de ti; pero no importa lo que otros hablen o murmuren, recuerda que el Padre te está esperando con los brazos abiertos, porque tu eres su hijo y este es el inicio de la transformación que tanto deseas en tu corazón.
No permitas que tu aspecto exterior te detenga a los brazos del Padre; Él no está preocupado por tu apariencia, sino que llegues y restaures tu relación con Él, así que rompe con esas barreras mentales y religiosas, que en vez de sacarte del pozo en el que te encuentras, te hace sentir inmundo e inmerecedor de su gracia. Pero tú debes confiar, porque Dios te esta dando muchas señales, para hacerte entender que tu lugar en la casa sigue disponible.

Amado lector, muchas veces el cuestionarnos por nuestro pasado, nos ha estado alejando de su presencia, pero si has podido llegar hasta aquí, yo oro para que el Padre Celestial se haga tan real en tu vida, que puedas sentir su infinito amor, y tu llanto sea consolado y logres experimentar su protección divina. Cuando realmente volvemos al Padre, Él no nos va señalar, no nos va a juzgar, sino que en su infinito amor cambiará toda esa inmundicia que cargamos por lo nuevo que ha preparado para nosotros. Así que confía, porque los derrepente de Dios se van a manifestar sobre tu vida como nunca antes. Amén.

Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.

Con amor,
Fabio R. Ventura

Deja un comentario