Marcos 10:48-50 RVR1960| 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50. El Entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.

Cuando escuchas la voz de Dios, es porque tu oración será respondida, y aquello que le has estado pidiendo en clamor tendrá su respuesta. Jesús iba saliendo de Jericó cuando en el camino se encontró a este hombre, quien al escuchar que allí venía Jesús con sus discípulos y una muchedumbre, no dudó en gritar para llamar la atención de este. ¿Había más enfermos allí? Lo más seguro es que sí. ¿Había alguno allí que estaba esperando que Jesús se fijara en él? Claro que sí; pero el factor diferenciador entre el ciego Bartimeo y la muchedumbre que le seguía, es que este clamó y no dejó de hacerlo, aunque algunos le mandaban a callar y otros posiblemente estaban pensando que él estaba haciendo el ridículo. Y tú, ¿Te estás enfocando en lo que otros digan de ti o en lo que Jesús puede hacer en tu vida?
Notemos esto, Bartimeo clamó desesperadamente para llamar la atención de Jesús, y cuando lo logró no se quedó esperando a que Jesús viniera hasta donde él estaba, sino que se despojó de esta antes de acercarse a Jesús cuando le mandó a llamar. A Bartimeo nadie le dijo que se despojara de su capa, pero él entendió que ya no era necesario tenerla al presentarse delante de su Sanador. Él se despojó de la capa que lo identificaba como mendigo; porque la misma ya no sería necesaria para la nueva temporada de gozo y victoria que acaba de iniciar. Los derrepentes de Dios están para todos aquellos que están expectantes para recibirlos.
Amado lector, en ocasiones lo difícil no será escuchar su voz, sino el ser constante en la oración aunque no veas la respuesta. Bartimeo podía haberse rendido, pero no fue así, él fue determinante y con una fe audaz provocó que Jesús liberara su milagro. La multitud quiso detenerlo, las muchas voces lo mandaban a callar, pero él fue insistente; y si Bartimeo pudo vencer las palabras contrarias, tú también en esta hora vencerás toda palabra que te ha querido paralizar y recibir lo que Dios te ha dicho que haría. Persevera porque Él no te ha dado espíritu de cobardía, sino de autoridad y dominio propio; y prepárate porque tu clamor ha llegado al cielo y tu milagro ha sido liberado, en el nombre de Jesús. Amén.
2 Timoteo 1:7 RVR1960| Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Que la gracia y el favor de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Con amor,
Fabio R. Ventura
Abreviaturas de las diferentes Biblias utilizadas:
RVR1960| Reina-Valera 1960